Sin embargo, allí estaba, eligiendo un escritorio...
Un cajón que no cerraba, era, al menos, una de las señales que me indicaría que ¨ese¨ no iba a ser el escritorio indicado, aunque, por lo visto, ¨ese¨ era el único que había.
Tratar de cerrar ese cajón trabado fue mi ardua y tediosa acción a lo largo de varios minutos en la casa de antigüedades... Sin avanzar en absoluto, hice el trámite comercial y llevé a casa el escritorio.
Detalladamente miré si en su interior había ¨algún dispositivo de seguridad¨ de esos que impiden que algún extraño lo abra, con la esperanza de que ese sea el problema que trababa al cajón, sin embargo nada de eso encontré...
Pero...
en el fondo...
muy adherido y mimetizado con la madera...
vi...
¿¡¿¡Un sobre...!?!?
¿¡¿¡De Kairos...!?!?
¡¡Imposible!!!
-Mira esas flores -decía su tercera carta...
Y luego, su nombre: ¨Kairos¨
¡Sólo eso!
¿Qué flores? En mi casa no había flores...
-Entonces búscalas -¡Me respondió, ¨agregando¨ esas palabras a la carta...! Se ¨escribían las letras¨ como si alguien estuviese invisiblemente presente haciendo los mágicos trazos...
Hay miles de lugares con flores en el mundo...
Le pregunté a ¨la carta¨ a qué flores se refería... pero no hubo ninguna respuesta.
Intentando descifrar su significado, dejé a un lado esta nueva carta y creo que me dormí.
Se ve que quedaron repicando en mi mente esas palabras, porque entre sueños apareció un campo infinito de flores silvestres que se mecían lentamente impulsadas por la suave brisa del atardecer.
La carta de Kairos seguía ¨escribiendo palabras¨ en medio de mi sueño...
- ¿Percibes esas flores?
Un vacío sacudió mi Alma... Sentí que por un tobogán me lanzaban hacia otra dimensión... Mi confusión iba en aumento. Ya habría estado en ¨ese lugar¨ pero no podía recordar más que eso...
- En esas flores, tú sólo ves su apariencia física... Pero ellas siempre han estado en 5° dimensión.
- ¿Cómo? Si allí están los Seres espirituales avanzados... Las flores no podían compararse... es que...
- Respira profundamente, una y otra vez. Desacelera tus pensamientos. Observa cómo todo se vuelve lento, muy lento. Mira los sutiles hilos de luz que conectan a todas las flores entre sí. Déjate llevar por la intuición.
Ahora conéctate con la imagen del sendero que te está llegando...
A medida que acalles tu mente comenzarás a percibir allí otros seres sutiles que también están en otra dimensión...
Hay varios elementales, que con su alegría inundan de magia el lugar.
Me quedé plácidamente sintiendo tanta maravilla... aunque aún no comprendía cómo las flores podían estar en 5° dimensión... Si ellas eran tan concretas como mi cuerpo físico...
Y yo no estaba en 5° dimensión... o... tal vez...
El último mensaje de su tercera carta fue contundente:
- Era necesario que encontraras esas flores que, como un espejo, te ayudaron a empezar a recordar.
Instantes después... y espontáneamente... el cajón se cerró.
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